Oh Celica” dijo Sebastián de Benalcázar refiriéndose, al “celestial” paisaje que presentaba un atardecer en esta parte del territorio ecuatoriano.
Así como el conquistador español en los tiempos de la Colonia, muchos se han quedado sorprendidos ante la caída del sol en los días de verano del que ahora se erige como uno de los prósperos cantones lojanos.
Celica, tierra de gente trabajadora, héroes y suelo generoso posee una extensión de 521 Km2, está integrado por cinco parroquias Cruzpamba, Algarrobillo, Pózul y Sabanilla. 
En Celica se puede pasar del clima cálido, al templado y sentir el frío que recorre el alma, se observan plantas silvestres de extraordinaria belleza, pero al mismo tiempo posar la mirada en los cultivos de maíz, café y sentir el aroma desprendido de sus huertos frutales.
Estar en el presente y encontrarse con el pasado a través de su arqueología, mientras se aprecia el crecimiento de su pueblo que se proyecta al futuro.
Si usted visita esta tierra de encanto, no olvide llegar hasta la reserva ecológica de Achiral y Cardopamba, las ruinas de Pircas y Pucará, las Cuevas de Shucata y Monolitos de Quillusara, lugares de interás turístico, rodeados de míticas leyendas y paz ambiental.
Recorra las riveras de su río Catamayo y pase del valle a la meseta y deléitese con la naturaleza del campo. Escuche sobre sus antepasadas las Kapullanas, en la era inca y trasládese mentalmente, a la fundación española dada por Benalcázar, allá por el 1534.
El cantón Celica se encuentra ubicado al sur de la provincia de Loja, a 178 Km aproximadamente, su nombre significa "Celestial", por su cielo turquesa y la diversidad de paisajes, el nombre de Celica fue dado por el Español Sebastián de Benalcázar mientras conquistaba el Reino de Quito.
Su gente amigable, alegre y trabajadora se dedica principalmente a la agricultura, ganadería y comercio, este bello cantón está rodeado de hermosos paisajes y exhuberante vegetación, posee dos tipos de clima, frío en la parte alta y seco en llanuras. 
La ciudad fue fundada sobre poblados indígenas mucho más antiguos que los pueblos incas, es por ello que conserva gran parte de sus riquezas arqueológicas tales como los Monolitos de Quillusara, lugar de enigmas e historias fantásticas que nos remontan al pasado histórico de estos pueblos